Ecosistemas serpentínicos en el mundo

Los ecosistemas serpentínicos ocupan menos del 1% de la superficie terrestre y presentan una distribución geográfica mundial muy fragmentada. Las rocas ultramáficas y las especies vegetales y animales asociadas a su edafogénesis, contribuyen a la conformación de estos raros ecosistemas, siendo objeto de interés creciente. Sin embargo, desde mediados del siglo XX se encuentran inmersos en un período de cambio sin precedentes como resultado de la acción humana. Muchos de los exclusivos hábitats que albergan han sido destruidos por completo por el desarrollo de actividades extractivas y constructivas o divididos en pequeños fragmentos, otros se han transformado a través de la silvicultura, ganadería o la extinción de plantas y animales endémicos, mientras que el cambio climático antropogénico, vehiculado en muchos casos a través de grandes incendios forestales, amenaza ahora con redibujar completamente el mapa geográfico de la biota en estas desconocidas «islas biogeográficas«.

En España, los ecosistemas serpentínicos se sitúan en Andalucía (Serranía de Ronda) y Galicia (sierras Capelada y de Careón), donde presentan una escasa superficie y una irregular y fragmentada distribución geográfica, ostentando desiguales grados de protección que denotan un insuficiente conocimiento científico. Entre los afloramientos ultramáficos más valiosos, desconocidos y amenazados destaca Sierra Bermeja, trasfondo montañoso de la Costa del Sol Occidental; este macizo peridotítico acoge taxones y procesos biológicos y biogeográficos merecedores de conservación, especialmente si está involucrada la adaptación a los suelos ultramáficos, pero en la actualidad no existe ningún estudio funcional y global que lo haya demostrado pese a que están gravemente amenazados por las actividades antrópicas.

Sierra Bermeja, situada al sur de la península ibérica, constituye el mayor afloramiento peridotítico del conjunto petrográfico de la Serranía de Ronda, y uno de los más grandes del mundo con una superficie de 300 km2. El macizo incluye dos estribaciones que constituyen sierras de importancia: las sierras Palmitera y Real.