A una altitud entre 600 y 1200 m se desarrollan en Sierra Bermeja agrupaciones de genistas formando matorrales abiertos. Para adaptarse a las exigentes condiciones térmicas, de pobreza del suelo, a los fuertes vientos y al ramoneo de los animales estas plantas forman compactos cojines espinosos de llamativas flores amarillas y hojas, como su nombre indica, recubiertas de pilosidad.

Propia de las laderas pedregosas de las sierras peridotíticas, aunque también puede crecer en otro tipo de substratos, se trata de poblaciones adaptadas a la condiciones de altura y sobre todo de toxicidad del suelo ya que se desarrollan en suelos básicos con metales pesados, especialmente níquel y cromo.