Dentro de la composición de las peridotitas de Sierra Bermeja destaca la presencia del olivino, material ferromagnésico que representa más del 60% su constitución y que es muy inestable. En corte fresco, el olivino es de color verdoso, volviéndose pardo-rojizo cuando se altera y descompone superficialmente por la lluvia para convertirse en serpentina, apareciendo en este proceso el óxido de hierro que le da el característico color bermejo a la sierra. Básicamente, el proceso consiste en que el olivino se combina con el agua transformándose en serpentina y liberándose magnesia en esta reacción química.
Aunque desde la distancia pueda parecer que el color de la sierra es uniforme, las peridotitas alteradas presentan un amplio abanico de tonalidades, dependiendo del tipo de roca y del grado de serpentinización en que se encuentra cada una, que van desde el verdoso al rojizo, pasando por el amarillo y una amplia gama de marrones.
En la textura mallada pseudomórfica en serpentinitas que aparece en la fotografía se aprecian los núcleos más frescos de olivino, algo serpentinizados, rodeados por cuerdas de serpentina más alterada y minerales fibrosos (antigorita, talco, etc). Este tipo de geomorfología es típica de áreas alteradas muy serpentinizadas y fracturadas donde las fracturas, formando retículas con geometrías ortogonales entre sí, favorecen la serpentinización de los núcleos de olivino.
Las peridotitas de Ronda (o peridotitas malagueñas) son los mayores afloramientos del mundo de lherzolitas orogénicas. Con 450km2 de extensión, están repartidas en tres macizos principales (Sierra Bermeja, Carratraca y Sierra de Alpujata) y muchos pequeños afloramientos, siendo Sierra Bermeja el mayor de todos ellos, con 300km2, por ende, la mejor representación de este tipo de rocas en España y de los singulares ecosistemas que lleva asociados.
Fuente: iluana.com