Durante una década en los años 90 del siglo pasado, especialmente entre los años 1996 y 1997, el Grupo de Trabajo Valle del Genal (formado por profesores de la Universidad de Málaga, Silvema, Grunsber, Agaden, Aedenat, Ecodecus-CODA, IU y CCOO), con la totalidad de los alcaldes de los 16 municipios afectados, y el apoyo de numerosas asociaciones, entre otras, el Foro Nueva Cultura del Agua, estuvieron luchando en la misma línea para evitar el proyecto de construcción de dos grandes presas con las que se pretendía inundar este importante espacio natural malagueño de extraordinaria biodiversidad, el Valle del Genal, uno de los pocos enclaves andaluces con bosque mediterráneo húmedo, para satisfacer las demandas de agua de una voraz política urbanística y una ineficiente planificación hidráulica. Evidentemente, el objetivo de paralizar la construcción de las presas se cumplió; la conservación del medio natural, el respeto a la dignidad del hombre y, principalmente, la sensatez, primaron sobre un proyecto que de haberse ejecutado, hoy sería motivo de rabia, decepción y vergüenza.