Se lamentaba Domingo de Orueta Aguirre, geólogo de afición y padre del insigne geólogo e ingeniero de minas malagueño Domingo de Orueta y Duarte, durante la reunión del 14 de septiembre de 1874 en la Sociedad Malagueña de las Ciencias Físicas y Naturales, de las inexactitudes de los mapas del extremo sudoeste de la provincia de Málaga publicados hasta la fecha, que le impedían marcar con precisión los límites de las distintas formaciones geológicas que pretendía estudiar. La solución al respecto le había llegado por parte de su amigo José Mac-Pherson, quien ya había hecho una descripción geológica de la provincia de Cádiz y quien le remitió calco de un mapa cuyo original le había enviado Francisco Coello.

Orueta Aguirre quedó maravillado con este trabajo topográfico que, si bien no era más que el resultado de los primeros apuntes de dicho inteligente geógrafo, ofrecía en su conjunto tal grado de exactitud, que nos hace doblemente deplorar no haya obtenido todavía dicho señor el número de datos suficientes para dar a la prensa el plano geográfico de esta parte de España.

Francisco Coello, con quien se inicia en España la cartografía como ciencia al generalizarse las escalas y altimetrías, trabajaba en la segunda mitad del XIX con Pascual Madoz para su Diccionario Enciclopédico conjugando en sus trabajos profundos conocimientos de cartografía científica a la par que un bellísimo valor artístico. Desgraciadamente, las planchas del mapa de Coello de la provincia de Málaga al que hace referencia Orueta Aguirre desaparecieron, ningún mapa de Málaga llegó a imprimirse y los descendientes de la familia Orueta nos confirman que no tienen constancia de la existencia de esta copia que utilizó su antepasado.

Domingo Orueta Aguirre
Animado con la adquisición cartográfica de Coello, Orueta Aguirre, acompañado de Mac-Pherson, emprendieron una serie de excursiones por el sudoeste malagueño que resultaron muy satisfactorias. Ambos forman parte de la nómina de naturalistas e investigadores que, de forman pionera desde el siglo XVIII, con tesón y escasos recursos técnicos y económicos, dedicaron sus esfuerzos a poner en valor las singulares características naturales de la provincia malagueña.

Orueta Aguirre destaca la magnitud y características del afloramiento de Sierra Bermeja (erupción de serpentinas, escribe), siendo indudablemente el objeto mas notable de la geología de esta parte de España puesto que no creo que se conozca en la actualidad un yacimiento de tal magnitud en ningun otro punto del globo. Su principal accidente por el lado SO. es una gran eminencia llamada «Reales de Genalguacil», que elevándose rápidamente á 1452 metros desde casi orillas del mar forma una de las mas imponentes cúspides de la Serrania de Ronda.

También llama también la atención sobre el hecho de llamar «bermejas» a otras sierras malagueñas de similares características (demas alturas de Serpentina, escribe) y que indica que el reflejo rojo que á cierta distancia presentan las antedichas rocas, se da por contraposicion á Sierra Blanca y para marcar mas la diferencia del color de las contiguas elevaciones calizas, de suerte, que siempre que oigamos hacer mencion de una montaña con el primero de estos nombres, no nos debe caber duda que en su vecindad ha de haber una masa de carbonatos de cal que presente á la vista una apariencia notable.

Esta pionera argumentación de Domingo Orueta Aguirre, escrita en 1875(1), justifica rotundamente la importancia del afloramiento ultramáfico de Sierra Bermeja, su integración en el próximo parque nacional en ciernes, y que la denominación de este sea “de las sierras Bermeja y de las Nieves”, por ser el verdadero y justo reconocimiento a la geodiversidad de la Serranía de Ronda.

  • (1) ORUETA AGUIRRE, Domingo. Bosquejo geológico de la parte sud-oeste de la provincia de Málaga. (Imprenta de la Revista de Málaga, 1875)